4. Santa Lucía

Todos los meses, puntual, como si se tratara de una peregrinación, Deborah se dirige a su lugar de culto en la ciudad. Esta vez, por trabajo ha tardado más de lo normal pero no hay nada como unas plegarias y entonar el “mia culpa” para sanar sus remordimientos.

No le gusta que le molesten en sus oraciones, así que antes de entrar se encarga de mantener el lugar a salvo de cualquier intromisión de persona o ser. La iglesia se cierra para ella...

Como siempre llega tarde, pero el padre Ramiro siempre le deja pasar el tiempo que haga falta. “Todo por una buena cristiana le dice siempre”

Su relación con el cristianismo es prácticamente una tradición que lleva consigo mucho tiempo. No es que crea en un cielo y un infierno, pero lo que empezó como parte de su rutina de sacar información a los curas de sus feligreses pecadores, haciéndose pasar por la más devota de la iglesia, se ha convertido en su mantra de relajación y una tradición que le es difícil desprenderse. Hoy en día, la religión no era lo de antes y por tanto, ya no utiliza esos métodos, pero siempre intenta ir lo más que puede a continuar con sus oraciones.

Deborah encuentra la iglesia cambiada en cuando a iluminación, olor…no parece que haya nadie. Solo se escucha el retumbar de sus tacones que se oyen por las bóvedas del edificio. De pronto aparece un cura en el altar recogiendo los instrumentos de la liturgia que hacía poco tiempo había utilizado.

El hombre, curioso del sonido del caminar decidido de una mujer se gira y se dirige hacia ella y se queda esperando a que llegue.

- Siento interrumpir, buscaba al padre Ramiro…-le dice Deborah mirándolo de arriba abajo. “Alabado sea el señor nuestro Dios, ¿es el nuevo cura de la iglesia?” pensó enseguida.

- El padre Ramiro hace meses se jubiló, ahora soy yo quien lleva esta iglesia. ¿le puedo ayudar en algo señorita?

- Padre, sé que es tarde, pero mis ocupaciones no me permiten venir todo lo a menudo que me gustaría y el padre Ramiro siempre me dejaba quedarme para hacer mis oraciones y atenderme.

- Usted será siempre bienvenida, esta es su casa también, si debo cerrar más tarde lo haré. ¿me necesita señorita….?- pregunta arrastrando en señal de querer saber su nombre.

- Perdón por no presentarme, soy Deborah y hoy solo he venido a rezar el rosario si me lo permite.

- Encantado Deborah, me puede llamar Ian y por supuesto. Acomódese donde quiera, yo seguiré acabando mi trabajo si me necesita solo debe llamarme, aquí cobertura poca, el eco es lo que mejor funciona…-le dice guiñando un ojo antes de dirigirse hacia la sacristía.

Deborah lo mira como se marcha y antes de marchar a uno de los bancos.

Se santigua…”creo que debería plantearme eso de venir más” –piensa- “que desperdicio de hombre”. Le encantaría entrar en su mente y descubrir algo sobre él, pero le prometió a Dios, que si los utilizaba para sus asuntos, que ellos quedaban inmunes a sus “encantos”. Hasta ahora había sido fácil…

- Señoooor dame fuerza y paciencia para esta tentación…- dice antes de arrodillarse.

...Casi una hora después...

Ian aparece vestido de paisano y se sienta esperando que Deborah se de cuenta que ya es hora de cerrar y que tiene una vida.

Aunque esta vez como que le importa menos, tiene buenas vistas así que se queda mirándola fijamente como acaban sus últimas oraciones y puede leer claramente el "Amen" en sus rojos labios.

Deborah se santigua, se levanta y se dirige a Ian que sabe que ha estado mirándola muy fijamente durante buen rato.

- ¿Santa Lucia?- pregunta Ian rápido mientras se acerca.

- Que vista padre…-le dice tocándose la estampita que lleva en su cuello.

- Perdona, pero me fijo en las imágenes que suelen llevar consigo los feligreses, gajes del oficio imagino, dice mucho de ellos…y por tu acento y ahora que me fijo en eso, debes ser de algún lugar de Italia que se venera a esa mártir, de Siracusa, Venecia ¿tal vez?

- ¡Bingo! Venecia padre. ¿y qué le dice de mi que la venere?

- Veamos…-dice Ian mientras Deborah se sienta y lo acompaña-…Santa Lucía fue acusada de cristiana y le ordenaron para demostrar su inocencia que hiciera un sacrificio a los dioses, por lo que ella contestó: “ el mayor sacrificio delante de Dios es visitar viudas, huérfanos y peregrinos que pagan en sus angustia y sus necesidades” Es la patrona de los pobres, ciegos, niños huérfanos…Por lo que seguro que estoy ante una mujer sierva de los más necesitados.

- Creo que se equivoca padre…-dice con sonrisa picarona-…aunque no soy mala persona tampoco. Me gusta más la leyenda de Lucia en la que fue la belleza de sus ojos la que no permitía descansar a uno de sus pretendientes, por lo que ella se los arrancó y se los envió. Lleno de remordimiento e impresionado por el valor de Lucía, se convirtió al cristianismo…

Deborah hace una pausa, Ian está escuchando fascinado como cuando le cuentan un cuento a un niño-…lo que fue capaz de hacer esa mujer, para llevar por buen camino a ese hombre descarriado, el sacrificio por encontrar y hacer ver la verdad de algo, ese poder de entrega de alguien me fascina…

- ¿a qué se dedica Deborah?-Ian ya todo curioso.

- A muchas cosas, pero digamos que adoro poder ayudar en la búsqueda de la verdad de mis clientes.

- Y también es capaz de sacrificar algo suyo por ello…

- He sacrificado mucho, pero todo depende de lo que paguen…-Deborah dibuja una media sonrisa.

Silencio y miradas intensas. Deborah queda tentada de entrar en esa cabeza para saber que piensa, pero hizo una promesa y piensa cumplirla, aunque no ayuda, eso la excita mucho más por lo que decide levantarse.

- Ha sido un placer padre

- El placer es mío, ya sabe donde encontrarme…

Deborah se marcha contoneando sus caderas, Ian que no le quita los ojos, siente que algo en él se ha despertado. Se sorprende al ver que para y se gira para hablarle y se avergüenza de saber que la estaba mirando.

- Por cierto padre, mañana recibirá una caja de vinos de mis viñedos de la toscana. Estoy segura que el padre Ramiro no le dejó ni una botella. Siempre decía que el vino que os ponen para las misas es muy aguado…

…Lo acompañaré con una tarjeta personal, por si necesita hacerme un pedido.

A su salida y sin saber el motivo Deborah empieza a recordar cierto acontecimiento del pasado. Puede que el hablar de la devoción a la santa le haya transportado a ese momento que marcó un antes y un después en su no-vida.

Y su voz la transporta de nuevo a ese día

" -¿Cuándo piensas hacer tu aparición?- "

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-Sí señor...como usted ordene, es todo suyo...-dice el pobre cura sin saber por qué si no quiere decir eso.

-Ves, no era tan difícil su colaboración viejo estúpido. Me ha hecho llamar a mi superior para nada...-dice un joven militar enfadado y con aires de grandeza.

...

-¿Cuándo piensas hacer tu aparición?- eso es lo que escucha Deborah en su cabeza mientras espiaba detrás de una columna, como un batallón del ejército desmantelaba las obras de arte, de una pequeña parroquia a la que solía acudir muy a menudo.

Deborah, con toda su elegancia propia de una Giovanni se acerca hacia ese oficial que la ha descubierto. Su cuerpo hierve de rabia, se ha sorprendido que alguien como ella, un vampiro, la haya descubierto así de fácil. La verdad que ha entrado casi sin pensar, solo le interesaba el latir de un corazón y se confió, que en tiempos de guerra, no se encontraría con uno.

-¿Qué está pasando aquí?-dice seria mientras se acerca

-Señorita Giovanni, no intervenga en este asunto, no es para una mujer de su calibre…-dice en tono preocupante el cura que nada más verla llegar se acercaba sofocado.

-Cállese- ordena sin mirarlo. El pobre agacha su cabeza oprimido ante esa orden.

Deborah tiene la mirada fija hacia ese coronel que parece ser que es el que manda a la espera que le conteste.

-Le he hecho una pregunta…-dice al ver que no contesta-…todo lo que ven en esta parroquia pertenece a la iglesia y la ciudad de Venecia. Ya están dejando de llenar sus camionetas.

-Verás, señorita Giovanni…-dice Derek por fin-…me importa una mierda de quién sea estas baratijas viejas. Mi jefe es un amante de las obras de arte y siente predilección por esta escultura, así que como buen trabajador que soy, se la voy a regalar.

-Esto es más que una escultura. Es un relicario que guarda los ojos de Santa Lucia. Es muy importante para nosotros que esto no salga de aquí. Si tiene que chupar culos, busque otra cosa.

-Ya veo ya…he sentido que era importante cuando un joven ha intentado dar su vida por ella. Me pregunto si lo conocerás…-Derek da una señal y traen arrastrando al ghoul más preciado de Deborah.

Deborah lo mira y analiza que se encuentra bien pero intenta que no se le note su preocupación.

...

-ARRODILLATE O TE ARRODILLO YO CABRÓN- grita el militar que lo lleva esposado al ver que esta quieto y duro como una piedra.

Al ver que no hay manera de que se arrodille, saca una navaja del bolsillo y le corta los tendones de detrás de la rodilla y cae arrodillado sin dar ni un gemido de dolor.

Mientras Derek la mira muy divertido de ver la situación que se ha encontrado en un momento.

-Suéltalo-dice furiosa Deborah

Derek se acerca a Deborah y en tono bajito, cerca de su oído le dice: -¿si no qué...?

-¿Me vas a enseñar de lo que eres capaz de hacer aquí?-continua Derek-...en lugar sagrado, delante de tu párroco de confianza para que luego te queme por bruja y desates un escándalo en tu amada ciudad…no sucia perra no…Los Giovanni sois escoria y sus ghouls todavía más…

Derek da una señal a uno de los soldados que lo retenían...

...y de un disparo acaba con la vida del pobre muchacho...

Derek ordena a su oficial que recoja el relicario y da una señal para marcharse.

Deborah se queda petrificada, tratando de calmar a su bestia y hacer arder toda la ciudad si era necesario. Pero su fe es mucho mayor y las palabras de su párroco la devuelven a la realidad.

-Le daré la sepultura que merece señorita, justo en la capilla por lo que ha intentado hacer, es un héroe…-le dice el cura antes de marcharse entre sollozos.

Deborah se dirige al cuerpo sin vida de su amado ghoul.

Se agacha y cuando está completamente sola, se derrumba…

-Esto no era lo que te tenía prometido…

-...siento que esto haya acabado así...

-...Sabes que no puedo abrazarte aquí y en tiempos de guerra menos, lo prometí…

-...te quedaba tan poco tiempo para formar parte de la famiglia como uno más, como mi chiquillo…

-…pero como bien sabes...-dice con rabia-...ni la muerte te va a separar del clan y de tu labor en ella. Solo me queda hacer algo…

Todas las velas de la parroquia empiezan a titubear rápido como si un viento invisible las acariciara...

(susurros inteligibles)

...

Un sonido como de un relámpago acompañado de un apagón general, que duró segundos, hace temblar la ciudad de Venecia...

...

(silencio)

...

(sonido de tacones retumbar)

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Para conocer un poco más la historia de el padre Ian

Y como no, a Derek...