13. Ratas

-Ves...aquí pasa algo...huelo sangre y esos hombre no son de los Malatesta. No escucho más que burlas y cachondeo de los seguratas. Nada en el interior...ni siquiera a ella...

-Yo tampoco...-responde Theo

-De verdad bonita, ¿no sabes que a estas cosas no se viene de blanco...?-se jacta Vero.

-Cuando acabemos con todo esto, me vas a envidiar...ya verás...

Justo en ese momento, Liam llama a Nahima.

-Ven...-le ordena.

-No son capaces de oírlo todo...¿qué te parece si les dices por qué te he traído?

Nahima se dirige al frente toda chula.

-Casi todos están fuera. Dentro hay unos pocos deambulando por ahí...Tienen una cámara del pánico o algo, porque puedo notar de manera tenue la temperatura de a tres personas, dos son mujeres...

-¿segura?-pregunta Dominique asombrado con la rapidez que lo ha visto.

-No lo dudo para nada...

-Nosotros nos encargamos de los de fuera. Nahima y tú dentro, cargaros solo a los seguratas, dejadme a los responsables y buscar esa habitación. ¿podréis hacerlo los dos?

-Chupado...

-¿Cómo coño haces eso?-pregunta Theo curioso.

-Puedo distinguir la temperatura de los cuerpos, aunque tenga paredes de por medio...creo que lo llaman infrarrojos...

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-¿Qué...cojones?

-Oye, señorita, no puede estar aquí, es una propiedad privada...

-Ya se va...que mal rollo, ¿no?

-Será mejor que demos un vistazo...no vaya a ser que después nos echen la culpa a nosotros...

-¿No será mejor que avisemos?

-Naaa...seguro que no es nada...

-¿Acaso me están persiguiendo? -le dice Reim que aparece casi como arte de magia-Creía que este lugar era público y yo tenía libertad de hacerlo...

-Lo siento señorita, pero estaba en una propiedad privada y nosotros solo hacemos nuestro trabajo, el de proteger a nuestro jefe...

-¿y quién os protege a vosotros pequeños mío?-pregunta Reim

Rocko aparece detrás de los guardias que no saben que cojones está diciendo la loca esa. Pero empiezan a notar un aliento frío en sus nucas que no les mola un huevo.

Antes de poder hacer nada, Rocko abre los brazos y deja las manos cerca de las cabezas de los guardias, y como si fuera a matar a un mosquito cojonero...¡PLAF!...aplasta las dos cabezas y las destroza. La diversión para Rocko acaba de empezar.

-Venga grandullón, que ya vienen...

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Mientras tanto, en el interior...

Los seguratas empiezan a escuchar por los pinganillos a sus compañeros pedir auxilio, desde dentro se pueden escuchar disparos. A algunos se les oye llorar y decir que hay dos locos atacando, otros dicen que tres...

El que parece que manda de ese grupo le pide a uno de ellos que salga fuera a ver que coño está pasando, pero con cautela y que le reporte enseguida lo que está pasando.

El joven le sonríe orgulloso, tal vez sea su momento de ascender...

-Niña...¿y tú quién eres? otra amiguita de la hija que nadie sabía...venga, ven conmigo y te llevaré hasta ella...-el pobre se acerca y se queda paralizado al verla, no sabe, pero algo le aterra...

...al segundo una sombra por detrás lo coge y le rompe el cuello haciéndolo caer en el suelo.

Los otros dos escucharon el cuerpo de su compañero caer y se pusieron en alerta.

Mientras los dos intentan socorrer al amigo y pedir ayuda... nula, porque ya no queda nadie afuera...Liam y Nahima se disputan su comida.

-¿a quién quieres blanquita?

-Al moreno...

-Joder, mira que te gustan los morenos...

-Conozco esa mirada blanquita y sabes que no es el momento...

-Será rápido...

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El segurata suplica por su vida pero enseguida se oye como si oye crujir la cabeza del pobre.

Otro que intenta pedir que lo salven, que hará todo lo que le pidan...

-Lo siento...-dice Theo después de darle en toda la cabeza.

Mientras Dominique revisa todo el patio trasero en búsqueda de un pobre que salió herido despavorido.

(se oyen sollozos)

-Cobarde...-le dice mientras le coge la cabeza y sentado sobre él empieza a tirar de ella.

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Mientras en el despacho de Fede, los Fibonacci han conseguido abrir la caja fuerte. Pero no se creen que esté todo en una caja tan pequeña y el haber estado oyendo disparos fuera y compañeros chillar les hace estar más nerviosos aún. Creen que los seguratas de los Malatesta que habían comprado para poder hacer esta misión se han revelado.

-¿te crees que somos idiotas? Tú eres el gestor de la fortuna de los Malatesta...no me creo que esté todo aquí...¿nos vas a decir donde está todo?

-Señor, os lo prometo...los documentos que buscan están todos ahí. El señor Federico solo se fía teniéndolo en su caja. Ahora si buscan dinero, joyas y demás cosas de valor, lo tienen en una cámara acorazada de un banco...

-Padre debe decir la verdad, piensa que esta familia limpia toda su fortuna. No deben de ser de los que tienen dinero escondido en el patio trasero.

-Pues usted dirá...- le dice amenazante al pobre condenado.

El pobre gestor, cada vez más nervioso, empieza a titubear. Del susto no le salen las palabras. Al ver que no reacciona, el segurata acciona el martillo del arma para disparar.

-E-E-E-Espe-pera...entre, entre esos documentos debe haber una llave, es-es-esa...solo necesitas su firma o la mía para acceder, pero por favor no me hagan daño...

-Entonces perfecto, cojamos todo lo que podamos y salgamos de aquí, me estoy poniendo nervioso del silencio que hay afuera de repente...-dice el padre Fibonacci.

-¿Y qué hacemos con los Malatesta y la niña esa?- pregunta Haru.

-Eso es cosa tuya, yo los mataba, pero no sé...empieza a tomar las decisiones tú hijo mío...

- Yo solo quiero llevarme a Tatiana...los demás me dan igual papá...

-Pues entonces que se cargue al calzonazos del Malatesta...pero, ¿y la amiguita?

-Nos la llevamos también que es bonita, seguro que alguien se lo puede pasar bien con ella...

El padre mira al hijo con cara de orgullo con esas palabras.

Mientras los Fibonacci están entretenidos metiendo en maletas todo lo que ven de valor para llevárselo, no se dan cuenta que algo está pasando en la sala...

Un disparo los pone en alerta y el padre mira la pistola sobre la mesa y se abalanza sobre ella.

-¿enserio crees que vas a poder disparar después de lo que acabas de ver?-le dice Dominique.

Poco a poco, algo en él hace que se mueva hacia su hijo. Es superior a él y no entiende que cojones está pasando.

-Padre, ¿qué haces?

-Hijo, no sé qué me pasa...-dice mientras se esfuerza en no hacerlo. Pero es imposible, Por mucho que luche algo en él lo tiene poseído.

-Bien...-continúa Dominique-...como puedes vas a matar a tu hijo si no sueltas ese arma. Te voy a dar un segundo donde podrás tirar el arma al suelo, lo más lejos de ti. Si no lo haces apretarás el gatillo y te quedarás sin tu único hijo varón...

Por mucho que intente el esfuerzo no puede dejar de apuntar el arma hacia su hijo, le tiembla todo, menos su pulso. Dominique empieza la cuenta atrás y el Fibonacci tira la pistola lo más lejos que puede.

-Buena elección...-dice Dominique

Justo en ese momento, se oyen unos pasos fuertes y seguros que se acercan allí delante.

Todos la miran asombrada ante el temperamento con el que entra...

-Tú ya no me sirves, traidor...

-Y ahora...a vosotros, RATAS...

Dominique, asombrado por lo que acaba de hacer se acerca despacio a Tatiana.

-Nena, baja el arma...se que les tienes ganas, si queremos que salga bien debemos hablar...

-No sabes de lo estuvo a punto de hacerme ese HDP...si lo supieras le arrancabas el corazón ya mismo...

-¿de verdad quieres acabar con ellos con un simple tiro? Pudiendo hacer lo que te da la gana con ellos...¿Qué es lo que te gustaría hacerles?- dice Dominique mientras se la acerca.

-quiero verlos colgados de los huevos...-susurra Tatiana mientras baja el arma.

-Ok, mi reina...lo que desees.

-Está mujer ya me cae mejor...-se ríe Vero...

Justo en ese momento...

Dominique se gira y da una orden: -Llevaros los cuerpos y dejadnos solos. Ya es hora que los Malatesta y los Fibonacci salden sus cuentas.

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-Tíaaaaaa....no me digas que no....-exclama Nahima toda feliz-...el rojo sobre el blanco ¡ES LO MÁS!

Verónica se parte y Liam también...

Theo llega donde está Escarlata. La mira sin saber que hacer, desde aquella noche que no se han visto y apenas han hablado. No sabe como reaccionar, su instinto claro que sabe lo que haría ahí mismo...pero no lo va a hacer.

Escarlata lo mira, lo echaba de menos pero lo de esa noche ha sido la gota que colmó el vaso de la paciencia.

Lo necesitaba tanto que al segundo corrió a sus brazos

-No te vuelvas a separar de mi por favor...

-Lo que tú digas mimada, no lo haré...