1. Sulani

Los meses siguen avanzando y Bruna cada vez se va haciendo la idea de su nuevo estado, aunque a decir verdad, se siente mal al no sentirse plenamente feliz. Es decir, esto debería ser una etapa bonita para ella, pero no entiende por qué no está disfrutándola como debe.

Está sufriendo muchos cambios, no solo en su cuerpo si no en su aspecto. Su pelo se ha vuelto más negro e incluso sus ojos, son ahora de un color verde más oscuro. Siente que ya no es ella, aunque todo lo malo que le pasa lo achaca sobretodo a los cambios hormonales.

Jaune ha venido, esta vez no de visita. Se queda todo el mes que Bruna y Albert van a estar fuera para cuidar de Gris. Necesitan desconectar y disfrutar de un tiempo solos antes de la llegada del bebé. Les hace falta, desde que se enteraron del embarazo hay cierta tensión entre ellos, aunque se aman con locura, hay algo que no cuadra y creen que este viaje puede ayudarles a reconectar y olvidarse un poco del estrés que comporta este cambio tan repentino en la relación.

-¿Qué miras tan embobada cariño?

-Ese búho blanco, viene de visitas muy seguido...es raro, no es normal en este paraje de la isla...-le dice sin quitar ojo de encima.

-Más raro es verlo en la ciudad...yo también lo he visto alguna vez, cosa que me reafirma a decir que es tu madre que nos acompaña...-dice con sonrisa melancólica.

-¿enserio papá? Me voy un mes, espero que me reconozcas cuando vuelva...

-Cosas más raras he visto, ¿por qué no? y....hablando del viaje...¿no crees que en tu estado un mes es demasiado?

-Papá, estoy embarazada, no enferma...

-Vale, vale...al menos dime que estás bien...estoy preocupado por ti, no te veo...-hace una pausa-...feliz.

-Por favor papá...-se lleva las manos a la cabeza-...de verdad, estoy bien, solo que esto...-dice señalándose la barriga-...no me lo esperaba ya y tampoco que sería de esta manera.

-Sabes que tu papá siempre va a estar aquí si me necesitas con ese bichito morado, ¿verdad? y que el embarazo te está sentado muy bien...estás preciosa hija, me recuerdas muchísimo a tu madre, ahora, más que nunca.

-Gracias papá...-dice mientras se sonroja.

-Así que venga, Albert ya debe haber cargado el coche con las maletas...vamos...¡AH! espera...déjame despedirme de mi nieto o nieta...

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Bruna y Albert llevan unos días disfrutando de las vistas y tranquilidad de Sulani. La vida allí parece que va más lenta y eso hace que se disfruten un poco más.

Los días allí son bastante monótonos, se levantan temprano, desayunan, nadan un poco, toman el sol y hacen alguna actividad.

Albert se ha aficionado a las motos de agua, siempre se coge una y da vueltas a las islas, mientras Bruna mira recelosa desde la hamaca...le encantaría probar hacer esas piruetas en el agua...pero su bebé no le deja.

Albert sabía que Bruna sentía un poco de celos así que encontró la solución y le propuso navegar con algo un poco más estable y tranquilo, y como no...accedió de inmediato, al menos se quitó la espinita de llevar algo sobre el mar y le gustó la tranquilidad que le daba excepto cuando Albert se le acercaba a la embarcación para picarla.

No todo era estar en la villa. Visitaron diferentes parajes de Sulani y probaron sus platos ricos, pero si hay algo que les gustó de lo más es la danza del fuego, que no dudaron en contratar a un experto para que les enseñara y todas las noches se divertían en su hoguera.

Una de las noches, Albert se despertó y Bruna no se encontraba a su lado, al salir se la encontró sentada y sin pensarlo se acercó.

-¿Estás bien?- le dijo con tono preocupado.

-Ei, ¿qué haces despierto? Sí, sí...estoy bien, pero este calor y este bicho que no deja de moverse no me dejan descansar. Vuelve a la cama de verdad...

-Si no puedes dormir, yo tampoco, esto es una cosa de dos...oye, ¿no crees que deberíamos conocer ya el sexo del bebé?

-Da igual lo que sea, mientras venga bien...qué más da...-dice mientras se toca la pancita-...yo creo que es niño, ¿y tú?

-¿por qué crees eso?

-Mira ven...-lo empuja hacia ella-...toca aquí...

-¿lo sientes?

Albert se queda concentrado tocando y mirando la barriga.

-¿eso ha sido una patada? joder, sí se mueve...

-Por eso creo que es un niño, da las mismas patadas que tú cuando duermes...-se ríe burlona.

-OYEEE...¡ya te vale! -se queda un rato más sintiendo las patadas-...pues yo creo que es una niña...

-¿Cómo lo sabes?

-Es un presentimiento que tengo de padre...-hace una pausa-...y por llevarte la contraria también.

-Te voy a traer un vasito de leche calentita a ver si así el bichito se relaja, ¿Vale?

Albert se dispone a irse pero Bruna lo para...

-Espera, sé que estos meses hemos estado un poco raros, pero quiero que sepas que a pesar de nuestros roces te amo, ¿Vale?

-Yo también nena...-se agacha riéndose a la barriga de Bruna y la besa-...y a ti pequeña también.

*se oye el chapoteo del agua

-¿Qué pasa? -pregunta Albert cuando la ve petrificada mirando al infinito

-¿Has visto eso?

-No...¿qué era un delfín?

-Sí, seguramente...

-¿Has hablado últimamente con Anae? -pregunta Bruna curiosa.

-No, pero recuérdame que a la vuelta la llame...

Los días pasan y Bruna y Albert aprovechan los último días que les quedan de calor en las islas antes de ir al próximo destino. Albert lleva notando rara a Bruna todo el día, sabe que es por algo que sucedió esa mañana que para él fue sin importancia, pero antes de que se coma la cabeza más decide hablarlo.

Así que después de la visita a la catarata la paró...

-Ei...sé que he hecho algo que te ha molestado, pero no lo hice por nada, solo por quedar bien...-le dice acercándose a ella y cogiéndola de su rostro.

-¿Y para quedar bien con ESA le guiñas un ojo? Con solo gracias hubiera bastado...sabes que no estoy bien, no me gusta mi cuerpo, me siento una ballena...-le dice sin mirarlo a la cara y tocándose la barriga-...¿y a la primera niñita con cuerpo de top model le guiñas el ojo?

-¿Pero te estás oyendo? Estás perfecta con esta nueva curva. Me parece que estás muy sexy, y me da mucha rabia que no lo veas...-la besa-...ya quisieran las ballenas ser así de atractivas...-la vuelve a besar, nota que Bruna empieza a disimular una media sonrisa.

-Yo creo que no te fijaste que esa chica era todo una desproporción...-continua Albert-Además, ¿no viste en cuanto nos sonrió los dientes que tenía? por favor, era un horco..

Bruna se parte de risa...

-Por eso me molestó más, si dijeras que era bonita, pues te hubiera seguido el juego...pero estoy en una fase que veo a todas las mujeres perfectas, divinas con sus vestidos y bikinis, caminando sexy, mientras yo, voy caminando como un elefante pisando huevos...

- ¡Y DALE! ¿otra vez?

- Valeee, ya paro...soy sexy porque tú me lo dices, ¿contento?

Antes de marcharse al nuevo destino decidieron subir al volcán. Todos los lugareños les hablaban de una tradición de que toda mujer embarazada debía subir tres veces por la cuesta del volcán acompañada de su pareja, para tener un buen parto. Al principio estaban bastante recelosos, pero ¿y si era verdad? Mejor hacerlo y estar tranquilos.